El dato es antiguo, pero merece la pena recordarlo. Es cierto que pasamos una media de 15 horas al día en espacios cerrados, siendo nuestros hogares y lugares de trabajo los lugares donde más tiempo vivimos. Ten en cuenta los siguientes datos que te harán reflexionar sobre la importancia de espacios interiores libre de partículas.
El dato es viejo, pero vale la pena recordarlo. En España, pasamos en promedio 15 horas diarias en espacios interiores, siendo nuestros hogares y espacios de trabajo los sitios en los que más tiempo vivimos.
Desde luego, los criterios cambian de persona en persona. Los hay quienes gustan de pasar largos ratos no solo en sus casas y oficinas, sino en centros comerciales, tiendas, y otros espacios cerrados en los que podemos encontrar aire acondicionado (o calefacción, si se trata del invierno). Luego están quienes prefieren salir a caminar a parques y jardines, a la playa o la montaña. Sin embargo, el hecho sigue siendo el mismo: pasamos la mayor parte de nuestras vidas a puertas cerradas. En concreto, vivimos casi un 90% de nuestras nuestro tiempo en espacios interiores.
Que la configuración de estos espacios afecta a nuestra manera de ser es algo conocido tanto por psicólogos como por arquitectos. De ahí la importancia que se da al diseño de interiores, al estado armónico entre la geometría de las habitaciones, el mobiliario y las luces, tanto naturales como artificiales, para generar así una atmosfera de tranquilidad y bienestar. Que los espacios interiores son mucho más contaminados que los exteriores, por otro lado, es un asunto sobre el que apenas estamos teniendo noticias.
Parece complicado de creer, pero así es. El 68% de los españoles desconoce que el aire que respiran en sus casas y oficinas no es tan limpio como creen. Es más, puede llegar a ser hasta cinco veces más contaminado que el aire de las calles, lo cual es una sorpresa nada agradable. Esta contaminación de interiores es una de las razones detrás de muchas de las molestias por las que pasamos, como dolores de cabeza, irritación de garganta y ojos, alergias e incluso episodios asmáticos. A la importancia psicológica de un buen espacio tenemos que agregarle la importancia de un entorno que cuide también de nuestra salud física.
La cantidad de contaminantes que nos rodean es sorprendente. Algo tan sencillo como una alfombra es el ecosistema ideal para hongos y esporas, un caldo de cultivo que, de no limpiarse con frecuencia, puede llevar desde problemas en el desarrollo infantil y neuronal, hasta desórdenes reproductivos, además de alergias y comezones. En una sola moqueta podemos encontrar cerca de 59 agentes tóxicos, entre elementos naturales y sintéticos, que en conjunto son un riesgo a nuestra salud. Las alfombras, junto con mobiliario recubierto de fibras sintéticas, contienen compuestos orgánicos volátiles (VOCs, por sus siglas en inglés), sustancias como el benceno, que se evaporan a temperatura ambiente y poco a poco causan estragos en nuestro organismo. No sorprende que el aire que respiramos en casa sea así de malo.
Este es uno de los muchos puntos que debemos tomar en cuenta si deseamos vivir en un espacio interior saludable. Existen maneras de mejorar el aire que respiramos, y no se necesita ser un interiorista profesional para poder dar los primeros pasos. Desde materiales orgánicos hasta el uso de purificadores de aire, esto es parte de lo que se podría llamar interiorismo saludable.
Una de sus características es el equilibrio medioambiental. Gran parte de nuestros problemas de contaminación se generan en una ruptura con el ambiente, ocurrida desde las primeras revoluciones industriales, por lo que los materiales con los que nos rodeamos son importantes. El interiorismo saludable minimiza los efectos nocivos que nuestras viejas prácticas (comerciales, industriales, constructivas, etc.) tienen sobre el entorno y nuestra salud. Reduce contaminación, logra buen equilibrio térmico y, lo más importante, purifica el aire que respiramos.
¿De qué maneras podemos lograrlo? Primero debemos de considerar que el interiorismo saludable no es solo hacer unas cuantas modificaciones en nuestros espacios, sino adoptar una manera de vida. Estos son tiempos complicados y ahora, más que antes, parece necesario hacer ciertas modificaciones en nuestra manera de proceder. Aquí ofrecemos algunos primeros pasos.
Como la calidad del aire que respiramos es importante, podemos comenzar con lo más sencillo: las plantas. No solo es la vegetación una manera sencilla y económica de armonizar (y dar vida) a un espacio, es también una ayuda eficiente para la purificación del aire. Según un estudio hecho por la NASA, existen ciertas especies de plantas que actúan como filtros naturales contra contaminantes orgánicos, como el formaldehido y el benceno. Pero no cualquier planta sirve estas funciones. Las queremos con hojas grandes y fuertes, con suficiente área superficial, pues serán estas las que lograrán atrapar gran cantidad de contaminantes. Especies como la hiedra inglesa (Hedera hélix), la aglaonema china (Aglaonema modestum) y la higuera llorona (Ficus benjamina) no solo harán de tu interior un lugar más verde, también te regalarán un aire más limpio y fresco.
Desde luego, al tratarse de seres vivos expuestos a la contaminación, estas plantas pueden marchitarse y morir más rápido de lo normal si no les damos el cuidado adecuado. Es por esta razón por la que también es importante introducir un purificador de aire en nuestras estancias, de manera que las plantas no hagan ellas mismas todo el trabajo. Esto garantiza no solo un espacio en el que el aire es limpio, sino también uno en el que el ambiente es bonito y brillante.
Es importante encontrar la manera más eficiente de ahorrar energía. Si tu hogar cuenta con iluminación natural, procura no obstruirla colocando muebles altos o estanterías a los costados de las ventanas. De esa manera permitirás que entre en casa toda la luz del sol a lo largo de su recorrido diario por el cielo, lo cual no solo se reflejará en el recibo de la electricidad, sino también, al igual que las plantas, en el aire que respiras. Los rayos ultravioletas del sol funcionan como un muy potente germicida, capaz de eliminar algunos virus y patógenos. Los espacios que reciben mucha luz solar no presentan humedad y, por lo tanto, están libres de hongos y otras molestias para nuestra salud.
Debido a que muchos de los muebles que encontramos en las tiendas están hechos de materiales sintéticos, sería conveniente evitarlos. Lo importante es buscar siempre materiales biodegradables, como la madera, el corcho, el bambú y el linóleo. Estos no solo son utilizados por algunos diseñadores de muebles ecológicos, también pueden utilizarse como materiales para construcción y decoración. Cuentan con buena resistencia y aislamiento térmico y acústico, además de dar diferentes texturas a los espacios.
Esto se traduce a la vez en la ornamentación. Si vas a pintar las paredes de tu casa u oficina, hazlo con tintes y pigmentos naturales. Estos son los que se obtienen de las plantas y los minerales, están libres de VOCs y no te causaran una sola molestia. Las pinturas convencionales están hechas de una serie de químicos que terminan por volatizarse con el paso de los años, lo que resulta en un entorno sucio, pesado y dañino que te provocará mareos y alergias.
Nuestra salud será la más beneficiada. No solo podremos respirar un aire mucho menos cargado de toxinas, sino también veremos una mejora en nuestro bienestar psicológico. De igual manera, estaremos contribuyendo con una disminución en el impacto medioambiental, pues los materiales, las pinturas y los muebles serán 100% naturales. De igual manera, el gasto energético se verá reducido si sabemos utilizar la luz natural de nuestros entornos.
Desde luego, lo más importante de todo esto es lograr espacios más saludables. El uso de plantas purificadoras, filtros de aire y buena iluminación solar, la eliminación de moquetas y la ventilación en lugares oscuros y húmedos resultará en una mejora considerable en el índice de calidad del aire en nuestras casas y oficinas. Los beneficios a nuestra salud los veremos casi de inmediato y a la vez obtendremos un espacio duradero y agradable en el que nos gustará estar.
Como ya hemos visto, el uso de plantas es un sistema natural para la purificación del aire. Pero ellas no pueden hacer todo el trabajo solas. Siempre habrá contaminantes que se les escapen, y los volúmenes de aire sucio en interiores son considerables. Los purificadores de AIR8 son una herramienta poderosa con la cual garantizar la continuidad de un espacio limpio y saludable.
Utilizamos tecnología HEPA-13 de grado médico en cada uno de nuestros productos, los cuales cuentan con varias etapas de filtrado y pre-filtrado, como el carbono activado y la luz UV-GI. Nuestros purificadores se encargan de todo aquello de lo que las plantas no pueden encargarse, como la filtración del dióxido de carbono (NO2) y las partículas PM 2,5, así como de la Covid-19 y otros virus y patógenos. Desde luego, la humedad, los hongos y las esporas también serán eliminados de tu espacio.
Cuando adquieres uno de nuestros productos obtienes la mejor herramienta de su tipo en el mercado. Son silenciosos y fáciles de transportar, cuentan con un área de acción de 130 m2, además de ser modernos y elegantes, lo que suma al buen ambiente de tu casa u oficina. El diseño de interiores saludables es todo un arte, y con AIR8 tienes un aliado con cual obtener un espacio limpio y fresco en el que te encantará estar. Además, en España contamos con un E-Commerce, desde donde se puede comprar online de forma fácil y segura.