Los filtros HEPA capturan el 99,97% de las partículas gruesas, finas y nanopartículas que permanecen en el aire, incluyendo virus, bacterias, alérgenos y contaminantes del aire.
Cuando se combinan con otras tecnologías de filtración del aire (como los filtros de carbón activo, el catalizador frío y la luz UV-GI), se captura y erradica el 99,99% de todas las partículas persistentes.